05 octubre, 2007

Biografía de Srila Guru Maharaja Paramadvaiti - Parte II

Aunque aún no lo podía descubrir, el llamado de la Conciencia de Krishna ya latía en su corazón; pero antes de llegar a los pies de su maestro espiritual tendría que pasar por varias situaciones que lo ayudarían a definirse más en su búsqueda interior. Así, en aras de encontrar aquello que anhelaba, empezó a viajar por Alemania y por toda Europa, mostrando de esta forma la cualidad divina del desapego, la cual está descrita en las sagradas escrituras como propia de los paramahansas o de las grandes almas. Este carácter de renunciante desde siempre ha estado presente en su gloriosa personalidad.

A medida que recorría diversos países comprendía cada vez más lo árido e injusto de esta sociedad, pues sus viajes comenzaron en la época posterior a la segunda guerra mundial, donde existía un gran resentimiento y dolor en muchas personas, y en donde, al otro lado del mundo, los Estados Unidos arrojaba bombas sobre Vietnam; el movimiento hippie estaba en auge con sus mensajes de amor y paz, y empezaba a conocerse en Occidente la filosofía oriental que le fue mostrando una visión superior del objetivo de la vida.

De esta forma, Srila Guru Maharaja fue sintiendo con mayor intensidad la urgente necesidad de una respuesta espiritual al gran caos que se vivía, pues no quería ser uno más corriendo detrás del espejismo de una felicidad egoísta. Fue así como emprendió un viaje por varias ciudades de Alemania y posteriormente de Europa, inicialmente en compañía de un amigo llamado Wolfgang. Después de un tiempo decidieron permanecer en una ciudad pequeña al norte de Alemania, allí Srila Guru Maharaja inició la publicación de una revista que tenía por fin alertar a sus lectores acerca de las incongruencias de la sociedad. Estos ejemplares tuvieron gran éxito en los círculos universitarios y pronto se hicieron muy conocidos.

Un día en que Srila Guru Maharaja distribuía esta revista por la calle, en la vitrina de una tienda vio una imagen en televisión que mostraba algo que cambiaría su vida en forma radical. En la pantalla se veían los devotos realizando Harinam, esta escena inspiró en él intensos sentimientos, fue como un despertar de viejas memorias. A pesar de que esta visión duró tan sólo unos pocos segundos, se grabó por siempre en su recuerdo y en su corazón. Era la primera vez en su vida que veía a los devotos de Sri Krishna o los vaisnavas, desde ese día esa imagen no se apartaría de él.

En esa época George Harrison había producido su álbum “El templo de Radha y Krishna”. Srila Guru Maharaja se sentía muy atraído por la música de este cantante y al escuchar el mahamantra de parte de él notó que había una relación entre George Harrison y la fugaz imagen de los devotos que había visto esa vez. Srila Guru Maharaja ya tenía una atracción natural por el yoga, por la meditación y por la India, y ésta se incrementó al ver a los devotos y al escuchar este nuevo álbum.

Durante todo el día no hizo otra cosa que recordar la imagen de los devotos y sentía un gran deseo de entrar en contacto con ellos. Con este fin empezó a indagar por su paradero y apenas supo que se encontraban en Hamburgo, sin demora emprendió el viaje en compañía de Wolfgang.

Una vez allí preguntaron a muchos transeúntes por la ubicación de los devotos, todos recordaban haberlos visto, pero ninguno daba una dirección exacta del templo, por lo que ambos deambularon durante tres días buscándolos afanosamente, sin poder hallarlos. Lamentán-dosen no haber podido encontrar a los devotos, al cabo del tercer día decidieron regresar a la pequeña ciudad de donde venían.

En su lugar habitual de residencia Guru Maharaja y Wolfgang pasaban bastante tiempo conversando acerca de la vida, del materialismo, y del gran daño que causaba la civilización moderna tanto al medio ambiente como a la población en general.

En una de sus profundas reflexiones, respecto a la vanidad y la falsa identificación con el cuerpo, Srila Guru Maharaja decidió cortarse su larga cabellera, para ello le pidió a su amigo que le rapara la cabeza. Cuando lo estaba haciendo, surgió de pronto en Srila Guru Maharaja el deseo de dejarse un mechón de cabello, una sikha, tal como lo hacen los devotos, y por solicitud suya, Wolfgang así lo hizo.
De este modo, a pesar de no haber tenido contacto con los devotos ni conocer su filosofía, ya estaba identificado con ellos. Era como empezar a descubrir su identidad eterna.

Posteriormente, Wolfgang regresó a vivir con sus padres y Srila Guru Maharaja se fue a una ciudad más pequeña. Desde ese momento en su corazón se hizo más intensa la necesidad de llevar una vida monástica, una vida de dedicación donde pudiera desarrollar su espiritualidad. Fue una continua meditación que una y otra vez le afirmaba su rechazo al materialismo y a las falsas ofertas de felicidad ofrecidas por este mundo.

A través de la filosofía oriental pudo comprender la necesidad de un maestro espiritual que le ayudara a avanzar en el sendero, así, en su corazón, surgió la necesidad de satisfacer este anhelo.

Un amigo le habló del ashram de un yogui, el cual se encontraba a unas cuantas horas del lugar. Viendo una posible respuesta a sus inquietudes y ya exhausto del materialismo, decidió dirigirse a ese sitio, pero entonces llegó su amigo Wolfgang proveniente de la casa de sus padres y le informó de otro ashram en Suiza, al cual se dirigieron de inmediato. Al llegar allí se dieron cuenta que los jóvenes sin dinero no eran bienvenidos, por lo que decepcionados regresaron a la ciudad donde vivían.

De allí Guru Maharaja retomó la idea de dirigirse al ashram del yogui de quien le había hablado su amigo; allí fue recibido cordialmente.

En relación con su experiencia en ese lugar Srila Guru Maharaja comenta:

“Ahí sí me recibieron bien. El yogui a cargo del ashram era hindú. Había pocos integrantes. Estuve allí unos meses, fue una bonita experiencia en la que aprendí a trabajar para el ashram. A menudo meditaba en por qué uno debía trabajar para solamente disfrutar a través de la ganancia, cosa que nunca me había gustado y concluí que si era para Dios, debía hacerlo con mucho entusiasmo.

Más tarde me di cuenta que el yogui no era consecuente con lo que predicaba. Esto quedó confirmado cuando una muchacha que nos visitaba me contó que él la había tratado de seducir. Eso me hizo ver que estaba perdiendo mi tiempo en el ashram de un engañador”.

Mientras se encontraba en ese lugar a Srila Guru Maharaja le sucedió un hecho muy especial con un ternero. Cerca del lugar había un establo donde un ternero había tenido un mal nacimiento, el veterinario había pronosticado que en pocas horas moriría. Cuando el veterinario se marchó, Srila Guru Maharaja entró al establo y se sentó al lado del moribundo ternero; era el deseo de Guru Maharaja ayudarlo, si bien no podía hacer que se mejorara su salud, de un modo intuitivo sintió que podía ayudarlo espiritualmente a través del canto del mahamantra, entonces puso la cabeza del recién nacido en su regazo y empezó a recitarle el sagrado mantra que había escuchado de parte de George Harrison por la radio. Esta era la primera vez que Srila Guru Maharaja percibía la muerte tan de cerca. Así, Guru Maharaja le cantó el mahamantra durante más de tres horas, al cabo de las cuales el ternero murió. Esa fue una experiencia trascendental, teniendo en cuenta que Sri Krishna es el Señor de las vacas, que cuida a los terneros, y que Srila Guru Maharaja pudo percibir el gran poder del Santo Nombre y de esta forma deseó investigar más sobre ello.

Al respecto Srila Guru Maharaja señala:

“En un principio no le di mayor importancia a este episodio de mi vida, pero ya pasado bastante tiempo, cuando supe más de la misericordia y de la potencia del Santo Nombre de Sri Krishna, recordé este evento y cómo en esa ocasión había cantado sin pedir nada para mí, me consideré muy afortunado y sentí que en ese momento Sri Krishna me había perdonado todas las equivocaciones que había cometido en el pasado y que además me había dado la oportunidad de encontrar a los devotos, porque poco después de ese acontecimiento, ya estaba viviendo en un templo”.
A partir de ese momento Guru Maharaja recibió la bendición de estar cada vez más cerca de los devotos de Sri Krishna. Wolfgang volvió a comunicarse con él y le informó que un amigo en común se había entregado a Sri Krishna en un templo en París y que le había enviado las direcciones de los templos en París, Hamburgo y Dusserdof.

Por primera vez Srila Guru Maharaja tenía una dirección exacta para contactar a los devotos de Krishna, pero antes de dirigirse a ellos, y siendo su humor habitual el de estar en contra del engaño y la hipocresía, se dirigió donde el falso guru del ashram para reprenderlo.

CAMINO AL TEMPLO

La alegría de Srila Guru Maharaja no conocía límites, poder finalmente ubicar a los devotos constituía un gran logro que sabía que lo iba a conducir a la plenitud de su ser. Sentía que allí encontraría las respuestas a las preguntas que siempre se había formulado.

Antes de viajar al templo, Srila Guru Maharaja habló con sus padres; ellos no estaban muy felices con los cambios drásticos de su hijo; él les informó que se iba a vivir al templo de los devotos de Krishna, con lo cual ellos tampoco estaban de acuerdo, pero, para Srila Guru Maharaja ya el destino le había trazado un camino que se dirigía al templo de su maestro espiritual, a una vida de plena rendición al Absoluto, sin importar ningún reproche u oposición de sus familiares o amigos, o ninguna otra consideración relativa, con la misma convicción de Srila Madhvacharya, al declarar:

“Mis amigos y parientes pueden decir que estoy desorientado, mis familiares pueden tildarme de frustrado, los ricos pueden decir que soy un loco, los filósofos pueden decir que soy muy orgulloso, pero aun así yo no cederé ni un centímetro en mi búsqueda de la verdad absoluta”.

Srila Guru Maharaja se dirigió en compañía de Wolfgang rumbo a París, pero el viaje resultó infructuoso por lo que posteriormente decidieron viajar a Dusserdolf, donde también se encontraba un templo de Conciencia de Krishna. Finalmente, después de mucho tiempo y de mucho deambular, llegaron a las nueve de la noche a lo que era un edificio en ruinas que había sido declarado inhabitable, pero al cual los hippies habían roto el sello de entrada y lo estaban ocupando. Allí, entre el último piso y el techo, los devotos habían instalado un pequeño templo de bhakti yoga.

Sobre esta experiencia Srila Guru Maharaja comenta:

“Cuando llegué al templo, lo primero que noté era que los devotos estaban dispuestos a aceptar todo lo que Sri Krishna les quisiera ofrecer. Me hice miembro de la misión de mi maestro espiritual en un ashram que estaba en el sexto piso de un lugar declarado en ruinas y que los hippies habían tomado sin autorización. Los devotos se habían instalado en el último piso, eran dos cuartos, no tenían agua y para ducharse había que bajar seis pisos. En invierno el agua era tan helada que a su contacto el cuerpo se ruborizaba de inmediato. Pero ellos aceptaban todas estas austeridades para poder predicar. El templo era totalmente extático; allí se hicieron muchos devotos”.

FUENTE: Fotos y Textos desde libro SRI GURU VANDANA

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la vida de santidad de mi maestro espiritual es un faro de luz que puede guiar a todo aquel que este vagando sin rumbo en el oceano de la incertidumbre e infelicidad... toda alma que se acerque hasta tener contacto con la luz que de el emana, no puede hacer mas que servirle, su gran misericordia y generosidad lo hacen ir traz el desamparado para contarle las buenas nuevas que trae sri caytania deva que calleron sobre el como una lluvia de enctar de parte de su amado gurudeva y el ahora la entrega como un torrente de amor incontenible e irresistible.
No hay posibilidad alguna de que yo pueda hacer algo para retribuir lo hermozo del regalo que recibi de parte de mi maestro espiritual, mi anhelo es poder algun dia sentir amor por esta gran personalidad, el cual me lleve a tomar su instruccion como el motor de mi vida y su satisfaccion mi felicidad..
a mi maestro Srila B.A Paramadvaiti Swami Maharaj

de uno a los que su misericordia tocó.

VISRAM GAT DAS dijo...

Somos muchos a los Gurudeva a dado su misericordia. jay Srila Guru Maharaja!